El Cine de Colombia en Música

Las imágenes y el sonido se conjugan en diversos proyectos para complementarse o para transformar su sentido comunicativo. El cine y la música establecen una relación mutualista que las beneficia en simultáneo, por esto, Carlos Barreriro Ortiz ha compilado en el disco El Cine de Colombia en Música las mejores grabaciones originales de las cintas que se han extraviado o han sufrido daños irreparables. La muestra recoge piezas musicales de películas y documentales como Balcones de Cartagena, Caín Fuga, Edipo Alcalde, Soplo de vida, Instrucciones para robarse una motocicleta, entre otras.
Este trabajo incluye trece cortes de diferentes producciones cinematográficas, que se complementan con un cuadernillo que analiza la evolución del elemento musical dentro del cine colombiano, una reseña biográfica de los compositores y el resumen argumental de cada uno de los filmes.

El romance octogenario entre Elsa y Fred

Son miles las películas que inundan los teatros de nuestras ciudades con modelos predeterminados que ya no logran sorprendernos.
El amor, quizás, es el tema más recurrente: siempre presenta leves variaciones que nos conmueven o nos indignan, y se mueve en diferentes realidades.
Para no romper con esta tradición, desde el 25 hasta el 31 de Agosto se presentará en el Teatro de la Cámara de Comercio de Pereira el filme Elsa y Fred, dirigido por el joven cineasta Marcos Carnevale, quien encuentra en dos ancianos la oportunidad perfecta para mostrar las dimensiones que adquiere una relación entre dos personas que pasan los 80 años.
La historia comienza cuando Alfredo se siente desconcertado por la muerte de su esposa, y su hija le sugiere mudarse a un apartamento más pequeño. En su nuevo espacio conoce a Elsa, quien desde el primer momento lo sumerge en situaciones delirantes para disfrutar el -corto o largo- periodo que compartirán a su antojo.
Puede que el tema no presente una fuerte ruptura de los esquemas, ni tampoco un acontecimiento que trascienda en el tiempo y el espacio, pero seguramente logrará desplazar a muchas comédias o tragedias que han logrado molestarlo(a).

Temporada de Patos: un vuelo hacia las nuevas tendencias del cine latinoamericano

El domingo es el día más convencional de toda la semana: altas dosis de televisión, encuentros con familiares o amigos, el silencio que invade el lugar interrumpido por el citófono o el timbre que anuncia la presencia del mismo repartidor de cada sétpimo día.
Ahora lo invito a alejarse de esta escena repetitiva, cerrar los ojos e imaginar su día con un corte repentino del servicio eléctrico. A lo mejor, sus actividades se reducen en forma considerable y se desmonta su comportamiento previsible, considerando la situación como un tanto caótica y sin sentido. Sin embargo, el director y guionista mexicano, Fernando Eimbcke, sugiere desde la simplicidad de esta condición un sinnúmero de eventos y problemáticas individuales que traspasan fronteras y se instalan en la cotidianidad.
Moko y Flama, dos jóvenes de 14 años, intentan refugiarse en la televisión o en los videojuegos del molesto transcurso -de lo que parece ser- un domingo habitual. En forma inesperada, se integran a la escena una vecina llamada Rita y el repartidor de pizzas, quienes contribuyen a desordenar el lugar y transformar las prácticas, luego de un corte eléctrico.
Temporada de Patos articula contextos frecuentes con un concepto novedoso, maneja un desarrollo lento, más no letárgico, y en medio de su formato blanco y negro, su concepción estética trasciende, ya que resalta a cada uno de los personajes y minimiza elementos complementarios como la música.
Por esta razón, si desea hacer un alto en su rutina y cambiar lo comercial por una propuesta cinematográfica diferente, esta película es una opción acertada para llevar a cabo su cometido.